sábado, 8 de enero de 2011

Las Cuentas de la Vida

Hola Homo perditus...
esta nueva entrada es para subir un cuento que he leído por casualidad y me pareció interesante.


Un hombre entró a un cementerio con el objetivo de saludar a un ser querido que estaba allí sepultado. De repente se extravió por un sendero y entró, sin darse cuenta, a un pabellón donde observó algunas lápidas con inscripciones fuera de lo común. Una de ellas decía: "Aquí yace Alphonse Duval, quien vivió ocho meses , cuatro días y nueve horas". En otra encontró esta leyenda: "Jaime Bruckwell, quien vivió siete años, dos meses y veinte horas". Unos pasos más allá, otra placa rezaba: "En honor a Marthina Bhernalosky, quien vivió doce años, setenta y dos días y quince horas".
La cantidad de inscripciones de esta clase le hizo suponer que estaba en un cementerio de niños. Embargado por un dolor terrible se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio, que pasaba por ahí, se acercó. Lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
"No ningún familiar" dijo el hombre. ¿Qúe pasa con este pueblo? ¿Por qué anotan el tiempo que estos niños vivieron? ¿Por qué tantos niños muertos? ¿Cuál es la terrible maldición que pesa sobre esta gente que les ha obligado a construir un cementerio de niños?
El cuidador respondió: No hay ninguna maldición; lo que pasa es que tenemos una costumbre. Le contaré....acostumbramos a regalarle una libreta a cada joven que llega a la adolescencia. En una de sus páginas deben anotar los momentos más célebres de sus vida; en la otra, el tiempo que duró ese disfrute. Casi todos describen las emociones que les produjo su primer beso, los minutos que duró y la pasión que sintieron. Registran una voz amable, un consejo recibido, y el tiempo que duraron los sentimientos a ellos asociados. El día del matrimonio, el nacimiento del primer hijo, el viaje más deseado, el encuentro repentino con alguien querido, todos son acontecimientos que se anotan en esa libreta, por lo que representan en nuestras vidas. Cuando alguen muere es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo anotado, para escribirlo sobre su tumba. Ese es el verdadero tiempo vivido, porque existimos para ser felices, gozar de la naturaleza, ayudar y estar en paz.

¿Cuál es el tiempo que realmente hemos vivido? 

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